La masticación es una función aprendida que es posible gracias al órgano bucal o sistema estomatognático. Esta es una actividad neuromuscular compleja que implica muchos músculos y pares craneales ya que contempla desde el acto de morder o la incisión, hasta la trituración, la molienda y la pulverización del alimento para poder ser deglutido.
Para que se pueda llevar a cabo, de la mejor manera posible, es necesario contar con unas características favorables a nivel ocluso-dental y, en el caso de los niños, es imprescindible que el entorno facilite una serie de alimentos, de variadas consistencias, para que el sistema pueda entrenarse. Todo ello enriquecerá el sistema neuromotor a la vez que incidirá favorablemente en el crecimiento cráneo-facial.